Obama riñe a Zapatero
Es lo que nos faltaba; o, a lo mejor, es lo que nos hacía falta. Y es que ha ocurrido lo que está convirtiéndose en una norma para este Gobierno de nuestros dolores, presidido por el otrora “talentudo” (de talante, no de talento), José Luís Rodríguez Zapatero: que nos han dicho desde fuera de nuestras fronteras lo que hacemos mal y lo que debemos de dejar de hacer.
Esta vez ha dido la Secretaría de Estado de los EEUU la que nos ha dicho que en España se vulneran los derechos humanos en materia de elección lingüística. Ahí es nada. Que el país amigo, el más amigo, el del Presidente que invita a orar a nuestro Presidente, el del Presidente que se fotografía con las niñas de Sonsoles y José Luis, nos incluya en el informe anual sobre los países que vulneran los derechos humanos en el mundo es uno de los chaparrones más destructivos contra la credibilidad de España que nos han caído en los últimos tiempos.
Los ciudadanos españoles ya se habían acostumbrado a que al Gobierno de Zapatero le den instrucciones en todos los idiomas imaginables (alemán, inglés, chino…) sobre economía. Llevamos unos cuantos meses en los que lo único útil para conseguir que nuestro Gobierno se atenga (siquiera mínimamente) a razones es que cualquier dirigente político, económico o financiero del mundo llame para dar instrucciones que hayan de ser traducidas al inquilino de la Moncloa. El que José Luís Rodríguez Zapatero haya de necesitar traductor o pinganillo para saber lo que tiene que hacer se ha convertido en la única garantía para que lo haga.
Lo hemos visto con la reforma del mercado de trabajo, con las medidas contra el déficit, con la reforma de las pensiones, con la reforma del sistema financiero… Lo de menos es si acierta o en el contenido de las decisiones: lo destacable es que hasta que se lo dicen en idioma que no conoce no muda su discurso ni sus acciones. Luego, como se precipita, cambia de posición a tontas y a locas y eso le lleva a no acertar en el fondo de las decisiones, como se verá en todas estas áreas que acabo de mencionar. Pero lo innegable es que basta que le hablen en otro idioma para que cambie de posición política.
Bueno, pues ahora le ha llegado el turno de que nos miren desde fuera a la política lingüística, esa con la que el Gobierno lleva años empecinado en coartar los derechos fundamentales de los ciudadanos y en negar el derecho de los padres elegir la lengua en la que quieren que sus hijos sean educados o la lengua en la que quieren dirigirse y ser atendidos en y por la Administración. A esa vulneración de derechos le han llamado los socialistas (sumándose al discurso y a la práctica de los nacionalistas) “normalización lingüística”. A excluir el idioma común del espacio público, a perjudicar seriamente la competitividad y la cohesión de los ciudadanos españoles (especialmente de las clases sociales que más necesitan la ayuda del Estado) privándoles de la herramienta más poderosa, la lengua que hablan más de cuatrocientos millones de ciudadanos en el mundo, le han llamado “respetar la pluralidad lingüística”. Cada vez que lo hemos denunciado en sesión parlamentaria el Gobierno nos ha negado la evidencia. Yo le he preguntado al Presidente al respecto; y él me ha acusado de no decir la verdad; le he preguntado a la Vicepresidenta; y ella ha negado tal extremo; he presentado una Proposición de Ley, una Proposición no de ley, una interpelación, una moción…. Y el PSOE (junto con todos los nacionalistas e Izquierda Unida) siempre han votado en contra. El PP ha votado a favor; pero ha practicado una política similar a aquella que denuncia en las Cortes tanto en Valencia, como en Baleares como en Galicia, tras el advenimiento de Feijoó, tal y como denuncia la Plataforma Galicia Bilingüe.
Por eso decía al principio de este artículo que a lo mejor lo que nos ha ocurrido con el informe de la Secretaría de Estado de los EEUU termina siendo además de lo que nos faltaba (que de veras lo es, hay que ver que vergüenza) lo que nos hacía falta. Y quizá Zapatero, ahora que es el líder mundial el que le riñe por vulnerar los derechos humanos de los españoles, modifica su posición y empieza a respetarlos. Claro que para eso Obama tendrá que amenazarle con retirarle el saludo, o algo así. Porque el que España aparezca en ese informe junto a países conocidos en todo el mundo por su falta de democracia y libertades no será suficiente acicate para nuestro “líder planetario”, entretenido como está en demostrar su neutralidad y no apoyar a ningún candidato ( o candidata) en las primarias de su partido en Madrid. Pero ese es otro asunto, así que vamos a dejarlo.
Quedémonos con el titular y la noticia: “Zapatero cambiará su política lingüística siguiendo las instrucciones de Obama”. Que el dios del líder planetario de verdad nos oiga.
Del Blog de Rosa Díez
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