Rajoy acabará con los convenios sectoriales si no hay acuerdo
Mariano Rajoy invitará mañana a los representantes de los empresarios y a los dirigentes sindicales a ponerse de acuerdo de forma urgente en una “verdadera” reforma laboral y en un nuevo modelo de negociación colectiva que incentiven el empleo. Pero el futuro presidente del Gobierno lo hará con el aviso de que tiene un criterio propio para plasmarlo a principios de año: agencias privadas para suplir la ineficacia del Inem para colocar parados, percepción del desempleo ligado a la formación, fin de los convenios marco colectivos, sectoriales o territoriales, por encima de las posibilidades de las empresas en crisis y reducción drástica de los tipos de contrato vigentes, casi 50.
Rajoy se reunirá mañana por separado con los representantes de los sindicatos y de la patronal para abordar la reforma laboral que el líder del PP quiere poner en marcha una vez tome posesión como jefe del Ejecutivo. El primero en entrevistarse con Rajoy será el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, a las 11.00 horas. A las 13.00 horas está previsto que el ganador de las generales se reúna con el presidente de la CEOE, Joan Rosell, mientras que el último en hablar con Rajoy será el secretario general de UGT, Cándido Méndez.
Según reconocen en fuentes del PP, la reforma laboral son las medidas más claras que tienen para empezar a paliar el problema de los 5 millones de parados que deja registrado el Gobierno de Zapatero antes de que acabe el año y con tendencia a empeorar. Esta reforma es el cuarto objetivo que Rajoy se ha fijado para combatir la crisis económica -después de la UE, el cumplimiento de los deberes del déficit y la reestructuración del sistema financiero- pero también en el que más ha afinado en el programa electoral y en el planteamiento que maneja su equipo económico.
Con el enunciado de que “hay que homologar el modelo de relaciones laborales español con el europeo”, Rajoy quiere una auténtica reforma en la materia nada más empezar su mandato, a ser posible por acuerdo entre patronal y sindicatos, pero dejando claro que cumplirá con su responsabilidad de legislar si no hay ese pacto en cuestión de semanas.
Zapatero ha hecho dos medias reformas laborales en la última legislatura que no han servido para paliar el problema del paro después de esperar durante casi dos años a que los llamados “agentes sociales” se pusieran de acuerdo y no lo hicieran en nada sustancial como es la negociación colectiva. El PP se propone acabar con las actuales “rigideces” de los convenios sectoriales y territoriales para que prevalezcan los convenios de empresa.
El principio fijado por los populares es que una empresa pueda saltarse esos “marcos” salariales cuando por causas ajenas a la gestión de la misma se vea ante un cambio de las circunstancias del mercado. Es decir que el dueño de un negocio no esté obligado a negociar subidas salariales de sector por encima del IPC si su actividad se ha contraído un 25 o un 30 por ciento o ha perdido la mitad de sus ventas por la crisis general. Se abre paso la llamada “cláusula de descuelgue”.
Sólo 5 tipos de contrato
En el caso de los modelos de contrato laboral el margen para el pacto entre patronal y sindicatos es amplio. Ahora conviven cerca de 50 y la CEOE quiere un tipo único indefinido. En el PP consideran que no deben quedar más de 5, y siempre para recortar la temporalidad en el empleo y generalizar el estable.
La “ultra actividad” actual de los convenios de empresa –que siguen vigentes mientras no haya acuerdo entre las partes- es otro de los puntos que el Partido Popular considera necesario cambiar para suplirla por algún tipo de arbitraje obligatorio que prefiere que pacten patronal y sindicatos.
Otro aspecto en el que el Gobierno de Zapatero no ha querido entrar, ante la oposición de los sindicatos, y que el PP considera urgente abordar son los mecanismos para vincular la percepción del seguro de desempleo a los cursos de formación. O los casos de rechazo de puestos de trabajo por el parado por considerar que el salario ofrecido es bajo o no cumple sus expectativas profesionales. Aquí sigue sin haber una posición clara.
El modelo de Cameron
Por el contrario, en fuentes del PP se da por hecho que la empresa privada entrará de verdad a partir de enero en las funciones que el Inem sigue sin cumplir a pesar de su nombre. En un país con 5 millones de parados el Instituto Nacional de Empleo no cumple con la misión de colocar a los parados y, además, las empresas no logran que el Inem se ocupe de cubrir los puestos de trabajo que necesita en cuanto son un poco especializados.
En el Partido Popular provoca admiración el modelo británico impuesto por Cameron aunque sería rompedor en España ante el poder de los sindicatos: las empresas privadas mediadoras que se ocupan de buscar puestos de trabajo a los parados cobran del Estado por contrato cerrado y mantenido en el tiempo.
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