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Zapatero confirma más medidas antisociales y anuncia nuevos recortes

Zapatero confirma más medidas antisociales y anuncia nuevos recortes

La intervención del presidente del Gobierno en el Debate sobre el Estado de la Nación ha sido autojustificativa, defensiva y decepcionante. USO cree que el giro brusco en la política económica y social del Gobierno reafirma la vigencia de la huelga general del 29 de septiembre.

La intervención del presidente del Gobierno en el Debate sobre el Estado de la Nación, en la que ha defendido las políticas y reformas ya presentadas (plan de ajuste, mercado de trabajo, cajas de ahorro) y ha anunciado otras (sistema público de pensiones,) se puede calificar de autojustificativa, defensiva y decepcionante a la vez que confirma, a juicio de USO, el giro brusco en la política económica y social del Gobierno y el anuncio de nuevos recortes al Estado de Bienestar, sobre todo, en lo que afecta al sistema público de pensiones. “Zapatero ha decidido abrazar el ideario liberal en política económica, recortando derechos sociales y laborales, desregulando el mercado y sumándose a la campaña de descrédito de la cosa pública, lo que viene a confirmar la vigencia y oportunidad de la huelga general convocada por los sindicatos para el 29 de septiembre”.

En su intervención ante el Congreso de los Diputados, Zapatero ha defendido las medidas de reducción del déficit ya activadas y el contenido del Proyecto de Ley de Reforma Laboral -ahora en trámite parlamentario- o el más reciente referido a la Ley de Cajas, iniciativas todas ellas que han merecido el rotundo rechazo del movimiento sindical y más concretamente de USO. “Que el presidente de un Gobierno socialista impulse y apruebe políticas y reformas que congelan pensiones, recortan salarios, debilitan la atención a las personas dependientes, reducen la inversión pública, hacen más fácil y barato el despido, rompan la lógica de la negociación colectiva a favor del empresario, blinden la temporalidad, den luz verde a la intervención, en la intermediación laboral, a las agencias con ánimo de lucro, devalúen la tutela judicial en la rescisión del contrato de trabajo, ignore a los sindicatos –como se comprometió- en la elaboración de una Ley de Cajas que pone en riesgo su naturaleza jurídica y la obra social en la perspectiva de su privatización, por hablar de medidas ya aprobadas o en vigor, no son, precisamente, las mejores credenciales para suscitar el apoyo del movimiento sindical”, ha denunciado Fernando Lezcano.

En su declaración, tras escuchar atentamente a Zapatero, USO advierte que “si a lo ya conocido sumamos lo que hoy ha anunciado el presidente del Gobierno en el Congreso -reforma o ¿contrarreforma? del sistema público de pensiones- estaríamos ante el cambio más radical de programa de Gobierno que se haya producido entre los ejecutivos de la Unión Europea”.

En efecto, recuperar las propuestas que se formularon en el mes de enero sobre Pensiones (retraso de la edad de jubilación a los 67 años, acabar con el contrato de relevo, incrementar el período de cálculo o el período de carencia, …) pone nuevamente de manifiesto que el Gobierno renuncia a actuar sobre los ingresos a la seguridad social, la mayoría vinculados al crecimiento y la calidad del empleo (separación de fuentes, incremento comprometido del SMI, aumento de la tasa de contratación de mujeres, igualdad salarial,…) y apuesta únicamente por actuar sobre el gasto lo que perjudicaría gravemente las expectativas de amplios colectivos de trabajadores y trabajadoras sobre su pensión presente o futura.

No deja de llamar la atención que se permita incorporar como novedades cuestiones que no son otra cosa que meros incumplimientos de compromisos adoptados en el 2006 como la integración de regímenes especiales (hogar y agrario ) en el régimen general. Sobre el anuncio de que se incrementarán las pensiones mínimas, cuestión siempre necesaria, USO llama la atención sobre la ausencia de concreción respecto al porcentaje del citado incremento, ni a cómo éste se va a financiar, si con impuestos o cotizaciones. Por otra parte, USO espera que el Presidente del Gobierno no tenga la desfachatez de anunciar en la fiesta minera de Rodiezmo, estos extremos como viene siendo habitual.

Para USO ha sido clamoroso el “olvido” a la interlocución social, que no se ha citado ni en alusión al Pacto de Toledo y las pensiones, ni cuando se han abordado temas tan insuficientes como poco ambiciosos como los referidos a las políticas energéticas. En este sentido es de reseñar que como todo objetivo declarado sobre política industrial se anuncie la trasformación a medianas empresas de 8000 pymes ya que esta cifra representa un escaso 0,3% de su tejido empresarial actual.

No es posible que el tránsito de un proyecto programático de respeto moderado al gasto social, a las políticas públicas, al control de los mercados financieros, a las reformas laborales que no lesionen los derechos de los trabajadores, a las políticas públicas como prioridad para reactivar la economía y generar empleo, a un nuevo modelo productivo o al reconocimiento de la gestión pública, a otro de orientación alternativa, abiertamente integrado en el ideario liberal, con tintes en algunos casos de radicalidad neoliberal -fobia a la presencia de representantes públicos en ciertos ámbitos de la actividad económica, progresiva devaluación de los servicios públicos en beneficio de la iniciativa privada, o adelgazamiento constante del Estado de Bienestar- pueda realizarse impunemente, al menos en lo que al movimiento sindical se refiere. “Sólo un sectarismo acrítico e irresponsable y capaz de encajar sin rechistar una alternativa y su contraria, puede explicar tan sorprendente mutación”.

A juicio de USO, lo esencial de su intervención gira en torno a las iniciativas aquí comentadas, y que no hacen sino añadir actualidad y vigencia a la convocatoria de huelga general que CCOO, UGT Y USO han convocado para el 29 de septiembre. “Un sindicato que quiera estar a la altura de los intereses que representa no puede ni debe permanecer impasible; tiene que responder con la contundencia que exige la gravedad de las medidas aprobadas y de las que, lamentablemente, pueden aprobarse. Nadie va a convencernos de que las ideas y personas que se encuentran el origen de la mayor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión, se conviertan ahora en asesores del Gobierno para diseñar la salida de la crisis. Con la huelga general trataremos de parar estas políticas y apuntar otra política para una salida más justa y equilibrada de la crisis”.

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