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Mal momento para terminar de estudiar, chaval

Mal momento para terminar de estudiar, chaval

Esta mañana me preguntaba un amigo que acaba de terminar sus estudios si me parecía conveniente que se prepare una oposición, o bien estudiar un máster… La opción de trabajar en este momento, me confirmó, resulta un ejercicio de acrobacia nada fácil.

Y es que si las cifras de paro general de España comparadas con las de nuestros vecinos europeos son malas, resultan todavía más dramáticas cuando analizamos la cifra de paro entre los jóvenes, ¡que supera el 30%! Y dobla la cifra del resto de países.

Y ahí es donde se encuentra una de las tragedias que nos dejará esta crisis, que pasará como todas, a pesar del gobierno que nos ha tocado: una generación perdida.

Si ya es duro para los jóvenes encontrar trabajo, al no acreditar experiencia, y no estar nuestro mercado de trabajo preparado para darles entrada (aclaro: entrada a trabajar, no a hacer prácticas), a pesar de ser esta generación de jóvenes la mejor preparada, será sin ninguna duda una generación en la que muchos jóvenes se “perderán” y verán pasar el tren, quedando atrapados entre la generación anterior de la economía boyante, y la posterior de jóvenes (más jóvenes que ésta), quienes se estarán incorporarán al mercado de trabajo para cuando la crisis esté finalizando.

Y nuestros jóvenes actuales serán entonces ya no tan jóvenes, y se enfrentarán a la competencia de la nueva generación, igual de preparada pero más joven.

Es aquí donde se hacen urgentes las medidas, facilitando la incorporación rápida el mercado de trabajo de ese 30% de jóvenes que no encuentran trabajo y que perderán su oportunidad si no se toman medidas para evitar que se conviertan en nuestra generación perdida.

Hoy el consuelo de muchos es que “todo está así”, pero a medida que la crisis vaya suavizándose y las nuevas generaciones vayan accediendo a los puestos de trabajo, ellos irán envejeciendo y perdiendo su oportunidad.

Poco a poco todo volverá a subir, se montarán empresas, nos recuperaremos y todos tan contentos… o casi todos. Y nos olvidaremos de aquellos que finalizaron sus estudios en plena crisis y no pudieron encontrar un puesto de trabajo.

Es dramática la situación de un trabajador de 50 años en paro, pero también lo es la de un joven de veintitantos, que pronto se plantará en los treinta sin experiencia laboral. Y entonces ya no será un joven en busca de su primer trabajo…

Mal momento para terminar de estudiar chaval.

Javier Flores

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