Desempleo y congelación salarial
Los sacrificios salariales deben ser distribuidos de manera equitativa, ya que los trabajadores y trabajadoras no son culpables de la actual situación de crisis económica. El problema de España no son los salarios, sino un nuevo modelo productivo.
Según datos del Servicio Público de Empleo Estatal, en marzo, el paro registrado se sitúa en más de 3,6 millones de desempleados, con un crecimiento sobre el mes anterior del 4,5% (123.000 personas) y del 56,7% en los últimos doce meses.
Si analizamos los datos del conjunto del sistema de la Seguridad Social los ocupados afiliados descienden en 54.489 (-0,3%) y más de 1,2 millones (-6,5%) en términos interanuales.
Por sectores, en marzo, se producen las mayores pérdidas en industria manufacturera (-30.678), comercio (-23.181), construcción (-22.681), y actividades administrativas (-14.884). Mientras destacan los aumentos en hostelería (16.116), actividades sanitarias (14.067), educación (5.643) y Administración pública (5.255).
Según opinión de diversos expertos la solución para evitar el deterioro del mercado laboral se encuentra en la congelación salarial, es decir, mantenimiento de salarios a cambio de empleo. Para ello ponen de ejemplo los casos de empresas como Clickair, Fagor, Adolfo Domínguez, Arcelor, Sony y recientemente Seat que ha sido el caso más sonado mediáticamente.
A nuestro juicio con la aceptación de la congelación salarial los trabajadores están dando una muestra de gran responsabilidad. Aunque entendemos que es una medida que no se puede ni debe extender en el tiempo debido a que conlleva una reducción del poder adquisitivo de los salarios, con nefastas consecuencias sobre el consumo, ya de por sí, muy debilitado últimamente, -y sobre todo no debe convertirse en ningún caso en norma general y ser aplicable en casos muy puntuales-, es incuestionable que esta medida no puede realizarse en aquellas empresas que están obteniendo beneficios.
En este sentido el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, manifestaba, 'no hay que extrapolar dicho modelo a ningún otro lugar'. Con esta medida se puede obtener en el corto plazo ganancias de productividad. Pero no debemos aspirar a competir vía salarios sino, todo lo contrario, a través de la calidad y el valor añadido. Nuestra estrategia debe ser un cambio de modelo productivo que apueste por inversiones empresariales en innovación y nuevas tecnologías para optimizar recursos y mejorar la productividad.
Por otro lado, si uno de los problemas de los departamentos de recursos humanos es intentar motivar a los trabajadores y trabajadoras, no podemos olvidar que, en determinados niveles ocupacionales y profesionales, la reducción salarial es muy fácil que se convierta en un gran desmotivador de la fuerza de trabajo sobre todo cuando ahora se espera, más que nunca, por la mayoría de las personas, que se fijen límites a las altas retribuciones no transparentes de determinados altos directivos.
Según Gordon Brown, primer ministro británico, 'la gente que ha trabajado duro para construir su empresa no entiende por qué una compañía quiera recompensar el fracaso o cómo algunas personas han creado una gran riqueza personal haciendo malas apuestas con el dinero de otras personas'. Así, es difícil ser un buen líder empresarial si se carece de honestidad y ética profesional suficientes. Los sacrificios salariales deben ser distribuidos de manera equitativa, ya que los trabajadores y trabajadoras no son culpables de la actual situación de crisis económica. El problema de España no son los salarios, sino un nuevo modelo productivo.
Vicente Castelló Roselló. Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón
Cinco Dias
0 comentarios