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Cuando a un país le pierden el respeto...

Cuando a un país le pierden el respeto...

Es lo peor que le puede pasar. A partir de ahí, todo irá cuesta abajo; porque cuesta mucho volver a recuperar el respeto perdido. Justo lo que le pasa a España en el ámbito de sus relaciones exteriores. Por mucho que lo maquillen nuestros gobernantes; por muchas flores que se echen los unos a los otros; por mucho prestigio envuelto en papel cuché con el que nos lleguen las declaraciones de los representantes de exteriores cuando acompañan al Presidente o viajan a países subdesarrollados económica y democráticamente, es un secreto a voces que España ha perdido peso y respeto en el mundo.

Por eso nuestros representantes se afanan en vendernos llamativas (e inútiles, cuando no ridículas) alianzas de civilizaciones. O visitan Cuba y Venezuela para ser recibidos como jefes de estado por dirigentes que no respetan la democracia ni los Derechos Humanos en sus propios países y que encuentran en el nuestro un tonto útil para presentarlos con la cara lavada ante el mundo.

Nos pierden el respeto los grandes, conscientes de nuestra respuesta ronroneante y gatuna en cuanto nos llaman (ejemplo, los EEUU de Obama, que merecieron incluso una visita presidencial con hijas incluidas, poniendo en riesgo la intimidad de las niñas, tan celosamente guardada hasta en ese momento), que saben del efecto inmediato del halago hacia Zapatero. Una silla en una reunión internacional, una foto sonriente en la Casa Blanca… y es suficiente: "¿Qué queréis? ¿Más tropas? ¿Más declaraciones de amistad? ¿Menos beligerancia en defensa de los derechos humanos en determinadas zonas del mundo?…Si, bwana… "

Nos pierden el respeto los demócratas cubanos cuando nuestros representantes gubernamentales vuelven de la isla dispuestos a defender en Europa el régimen castrista, en vez de aprovechar la presidencia para denunciar la falta de respeto a los DDHH en Cuba y presionar al régimen para que se liberen a todos los presos políticos y de conciencia. Llevarse bien con el dictador cubano es más rentable, explican Moratinos y Zapatero…. Pobres demócratas cubanos, mirando siempre a la madre patria.

Nos pierden el respeto nuestros compatriotas saharauis, que observan con horror cómo España ha dejado de defender en NNUU la causa justa y el cumplimiento de todas las resoluciones de la Asamblea a favor del referéndum de autodeterminación del Sáhara. Nos pierden el respeto todas las personas de bien que vieron, entre la perplejidad y el bochorno, cómo Moratinos echaba una bronca ante los medios de comunicación (sería para impresionar a los marroquíes, no se me ocurre otra explicación) a Aminetu Haidar por el mero hecho de que ella se negara a renunciar a sus principios y confirmara su compromiso de mantener su lucha por los derechos y la libertad de todos sus hermanos; y también por la dignidad de todos nosotros.

Nos pierden el respeto todos cuando ven cómo presionamos a Aminetu en vez de presionar a Marruecos, para que sean ellos, los que expulsaron a Aminetu Haidar de su territorio, –en un avión español que se prestó a traer a territorio nacional a una persona que se negaba a volar y que no llevaba pasaporte– quienes modifiquen su actitud y cumplan los requisitos internacionales.

Y también, como no podía ser de otra manera, nos pierde el respeto Marruecos. Cómo no iba a ser así, si el Gobierno de España ha sido cómplice imprescindible para que Aminetu Haidar esté ahora en Lanzarote; si fueron instrucciones gubernamentales las que obligaron al piloto español a levantar vuelo y traer a España, sin carta de entrada ni pasaporte, a una pasajera que se negaba a volar y declaraba estar siendo secuestrada. Cómo nos van a respetar desde el país africano vecino, si nuestro gobierno les ha prometido en los últimos años, por activa y por pasiva, que no defenderá nunca más el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Sólo a España le puede insultar de esta manera un país como Marruecos; porque Marruecos conoce el secreto de nuestro gobierno, su falta, su complicidad en los hechos que precedieron a esta situación. Y por eso, para humillar a quien se deja, da el permiso para volar y aterrizar a un avión español y luego lo desmiente o se lo retira a la vista de todo el mundo, para que quede claro el desprecio hacia nuestras autoridades. Sólo el Gobierno de Zapatero puede vivir este sofoco en silencio; pero Marruecos sabe que el Gobierno de Zapatero no puede hacer nada sino callar o pedir (a buenas horas) ayuda internacional: no puede hacer nada, pues es el único responsable, el cómplice imprescindible, de lo que está ocurriendo.

Es lo que pasa cuando tenemos al frente del Gobierno a un personaje que piensa que el fin (llevarse bien con Marruecos, que es el fuerte) justifica los medios (abandonar la defensa de la causa justa saharaui, que son los débiles). Mientras tanto, una mujer llamada Aminetu Haidar defiende la dignidad de todos nosotros. Sólo queremos decirte, una vez más, que estamos contigo, querida amiga. Nos sabemos tus compatriotas; y nos sentimos corresponsables de lo que está sucediendo. Al fin y al cabo, a este gobierno que nos da tanta vergüenza, que te ha secuestrado y dejado tirada en ese aeropuerto, que te ha instado a que desistas, que te ha vapuleado en público, le hemos elegido nosotros, tus compatriotas. Te pedimos perdón. Y te abrazamos solidariamente; con la solidaridad activa de quienes sabemos que tu causa es la nuestra.

Rosa Díez

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